sábado, 30 de abril de 2016

Mirar la violencia a los ojos

El Centro Nacional de Memoria Histórica, en el pabellón 19 de la Feria Internacional del Libro, tiene un espacio destinado a los visitantes interesados en conocer los relatos de las víctimas del conflicto. Mediante exposiciones fotográficas y videos realizados por reconocidos actores colombianos, la entidad busca visibilizar los testimonios.

Crédito: Alirio Guiza

Estefanía Guzmán - Diana Pérez

“No más violencia” es una campaña en la cual la Asociación Colombiana de Actores y el Centro Nacional de Memoria Histórica se unieron con el fin de relatar los testimonios reales de las víctimas de la violencia y sus diversas manifestaciones: violencia sexual, desplazamientos forzados o comunidades a las que se les vulneraron sus derechos. Son diferentes contextos en los que, consensuadamente, cincuenta actores se disponen a contribuir a la construcción de la paz en el país para que nunca se vuelvan a repetir estos episodios en la sociedad.

 ‘Volver la mirada’ es una exposición fotográfica que explica el uso de menores en la guerra; la muestra pertenece al Centro Nacional de Memoria Histórica y está dividida en cinco ejes. El primer eje explica el porqué de los niños y las niñas en la guerra, cuáles son los elementos o causas que hacen que los niños se vean involucrados en contextos de violencia. El segundo se refiere a cuáles son las actividades en las que los menores se ven involucrados en los contextos de violencia. El tercero es sobre las consecuencias de la guerra, desde emocionales, psicosociales y afectaciones físicas. El eje cuarto y quinto tratan de cambiar la mirada, no limitarse solamente a la victimización y también reconocer que las víctimas tienen recursos para rehacer sus historias de vida, proyectarse hacia el futuro.


La finalidad de esta exposición es que los visitantes interactúen con las fotografías y videos. El espacio está dispuesto como un aula de clase y pretende que las personas tengan la posibilidad de dejar sus mensajes y opiniones, tanto en las paredes dispuestas como tableros escolares como en los cuadernillos que contienen testimonios de niños y niñas que han estado en circunstancias difíciles relacionadas con la guerra. Mediante frases como “estos no son juguetes” los visitantes expresan su desacuerdo con la participación de los niños en la guerra. Ésta deja a su paso daños irreparables, no solo en adultos, sino en los niños y niñas, que van desde perspectivas psicosociales hasta afectaciones físicas.

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