Crédito: Viviana Bocanegra
La ganadora del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez 2015, Magela Baudoin, conversó con Julio Paredes en la Feria Internacional del Libro 2016.
La charla, que
pertenecía al marco de “Conversaciones que le cambiarán la vida”, estuvo
centrada en el libro de cuentos La
composición de la sal, de Plural Editores, que puede conseguirse en el
pabellón 18 de la feria. Además, compartió sus reflexiones y pensamientos
acerca de la importancia del cuento, de las diferencias entre este tipo de
literatura y la novela, y de uno de los conceptos que son más atractivos para ella
y en el que ha trabajado con más empeño: la memoria.
“En Quito me
encontré un cartel que decía: ‘se cura el espanto, se dan baños de alegría’ y
ahí supe que tenía un cuento, pero ese temperamento, digamos, esa atmósfera
tragicómica de ese cuento que va de la risa al llanto, de la ironía a la
melancolía, es, yo creo, un hilo conductor de todo el cuento”, contó Magela
cuando se le preguntó por la historia de su libro.
Magela cree
firmemente que cuando la literatura es auténtica y fiel a lo que narra se
vuelve más nacional y más local. “La literatura siempre ha sido una herramienta
para construir tolerancia, pero eso siempre dependerá de los libros… la buena
literatura siempre nos hace mejores”, afirmó Baudoin.
Pero para que esta
herramienta sea eficaz y más específicamente cuando esta se transmite en forma
de cuento, la catedrática mencionó dos elementos sumamente importantes en su
conversación: lectores ávidos y activos (como sus favoritos) y escritores
conscientes. “El cuento es el arte de decir sin decir y para mí es honrar al
silencio, tener una fe enorme en el lector y en que el lector vaya
construyendo contigo eso que va a pasar y que está a punto de desplumarse.”
También se habló
de una nueva realidad latente: los tiempos cambian y los lectores también, por
ello son necesarios mejores cuentos. Según Magela, existen también varias
fronteras en la lectura. En una primera revisión, “a uno lo embarga la
sorpresa”, en una segunda lectura quien sigue la historia es más desconfiado porque
“ya sabe las trampas y los trucos, y es allí más difícil que esa sorpresa
inicial” y la tercera lectura es descrita por ella como un momento crucial: “Sólo
algunos escritores logran derrotar esas barreras y ese sistema inmunológico y
volver al terreno de la inocencia y eso es algo que pocas veces ocurre”
Por último,
Magela, a modo de invitación a la lectura de su libro, leyó en voz alta su
último cuento: “Un reloj, una pelota y un café”, una conmovedora historia que
acercó a más de uno a su niñez y a la fuerte relación que se puede tener con un
abuelo.
La redacción de
prensa de la FILBO preguntó a Boudain: “¿Los cuentos pueden ser un conductor
hacia nuestra memoria, hacia lo que es valioso para nosotros?” Ella respondió:
“Estoy convencida de eso y de hecho yo escribo desde ese territorio minado que
es la memoria. Así que allí hay un material enorme y de un poder creativo muy
grande.”
Por: Elizabeth Martínez Arza
Material libre de uso para prensa
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