sábado, 23 de abril de 2016

Mambrú perdió la guerra

Una épica batalla entre el bien y el mal se libró en la Carpa Arcadia de Corferias.

Crédito: María José Alba

En tiempos inmemorables, el Dios Cronos convocó a su ejército del mal comandado por Guerrardo, un temible y poderoso guerrero que deja destrucción, dolor y muerte por donde pasa. Su misión es acabar con el Rey Ambrosio, quien gobierna en Ambrosia.
Mientras tanto, su hijo Zeus y la malvada Medusa, junto con sus lacayos Cizaña e Intriga, maquinan un plan para secuestrar a las hijas del rey, Carla y Marie, y así obligarlo a dejar el trono.
Como respuesta a esta declaración de guerra, el cobarde pero respetado rey de Ambrosía, pidió ayuda a su pueblo, pues sabía bien que la unión hace la fuerza, y es la única manera de hacerle frente al terrorífico Gerrardo. A su llamado asistió el herrero, los campesinos, las lumbreras y hasta los más loquitos del pueblo, todos dispuestos a combatir contra el ejército de Cronos y así evitar ser sometidos por él.
En medio de la confrontación entre seguidores de Guerrardo y el pueblo de Ambrosia, salió a la luz una revelación: “Yo, Zeus, hijo de Cronos, estoy enamorado de Carla, la hija del rey”. Estas palabras retumbaron en los oídos de los enfrentados e hicieron reflexionar a cada uno de ellos, llevándolos a una misma pregunta: ¿Realmente queremos esto? La respuesta en unísono fue: “No, queremos la paz” Al final Cronos se quedó solo con su rencor, y no le quedo más que aceptar la paz.

Fue así como el musical Mambrú perdió la guerra, presentada por la Universidad Cooperativa de Colombia, con un elenco de 50 jóvenes entre 6 y 20 años, logró que grandes y chicos, testigos de esta batalla, entendieran que el amor es más fuerte el odio, la guerra sólo deja desdicha y sufrimiento; pero, sobre todo, que la vida es más importante que la muerte.


Por Juan Lesmes
Material libre para uso de prensa

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