Eventos de cine club para mirar las estrellas y
libros sobre las constelaciones también atrajeron lectores y visitantes. Mirar
el cielo puede encontrarnos con nosotros mismos.
Desde los indígenas de Las Américas pasando por los
antiguos griegos, la observación del hombre hacia el cielo y las estrellas le
ha permitido ampliar su imaginación en el intento de explicar la creación del
mundo. De ahí surgen los mitos y leyendas, creadas por diferentes culturas
miles de años atrás, que todavía hoy replicamos.
La fundación Rafael Pombo y el Planetario de Bogotá
organizaron la Noche de Luna, evento que se llevó a cabo el viernes 29 de abril
en el Pabellón Infantil de la Feria Internacional del Libro 2016 (Filbo 2016).
Este evento convocó a más de 50 familias que
asistieron para disfrutar de un Cine Club, que la Fundación Rafael Pombo lleva
realizando desde octubre del año pasado el tercer viernes de cada mes en sus
instalaciones. Esta fue la primera versión del Cine Club que se realiza por
fuera de la Casa Pombo y el tema central del evento fue el encuentro tanto de
niños como de adultos con el universo.
Dentro de los cortometrajes que pudieron disfrutar
los asistentes al evento se encuentra “Lullabies from around the world-
Netherlands”, una animación hecha por Metronome Films, un grupo de rusos
que creó un proyecto en busca de canciones de cuna alrededor del mundo para
plasmarlas en audiovisuales animados.
También se contaron mitos y leyendas de diferentes
grupos indígenas; y los niños cantaron, bailaron y vieron las estrellas gracias
al apoyo del Planetario de Bogotá. Todo esto, con la intención de demostrar las
maravillas de la naturaleza y su conexión con el hombre, como lo decía Pombo en
sus cuentos: “Como es arriba, es abajo”.
Algo parecido hizo el escritor Manuel José Rincón,
con su obra Cuentos y pasiones del cielo, que publica la editorial
Panamericana, y que recopila la historia de las constelaciones desde la
ficción, a través de cuentos trabajados en primera persona. Su obra, una de las
más buscadas en la FILBo, ha generado una empatía profunda entre el cielo y los
lectores en estas épocas de luz intensa, agite y cielos nublados.
Por: Estefanía Daza
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