lunes, 2 de mayo de 2016

Guerra en tacones

Por: Verónica Zambrano

Crédito; Alirio Guiza

Con las voces de Patricia Lara, María Emma Wills y María Eugenia Vásquez, se les dio paso a las faldas, los tacones y el maquillaje en la guerra: “Hay que tratar de comprender qué le pasó a la mujer durante el conflicto”.


La guerra siempre ha tenido que ver con el género. Está atada a los comportamientos establecidos por la sociedad acerca de lo que debe hacer una mujer. “Cuando un hombre sale de su casa para pelear, es un héroe, un modelo a seguir para sus hijos e incluso es reconocido socialmente. Pero cuando una mujer decide salir a pelear se convierte en una abandonadora porque deja de ejercer sus oficios como ama de casa”, plantea María Eugenia Vásquez, ex combatiente guerrillera.
¿Cómplices?
Si bien las mujeres “no están hechas para la guerra”, como lo afirma Patricia Lara, periodista y autora del libro Las mujeres de la guerra, sí son parte fundamental en uno de los aspectos de la misma: la crianza y la educación de los hombres que forman parte de los conflictos. “Somos cómplices de la guerra cuando permitimos comportamientos machistas por parte de nuestros hijos o esposos”.  A pesar de que la guerra está en la mitad de la vida cotidiana,
Según un documento publicado por el Observatorio de Procesos de Desarme,
Desmovilización y Reintegración (ODDR) en los procesos con las Autodefensas (2003–2006), ellas representaron el 6% (1.911) de los desmovilizados. Entre el 2002 y septiembre del 2014, constituyeron el 19% (5.460) de quienes desertaron de organizaciones guerrilleras y autodefensas en modalidad individual. Durante ese mismo periodo, el 25% de los que individualmente renunciaron a organizaciones guerrilleras (863 casos) fueron mujeres. María Emma Wills, la única mujer de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, asegura que ser testigo de las historias de las mujeres que fueron parte de la guerra significa comprometerse con la paz. Comprometerse con la memoria histórica del país: no solo de las historias trágicas, sino también de las historias con planes de vida y metas.
Hacer preguntas sobre género, sobre la mirada al entendimiento de la guerra desde una perspectiva femenina, abre la mente a lo que fue, es y puede llegar a hacer la mujer en puestos militantes. Es necesario entender las razones del por qué las armas dejaron de ser una expresión para buscar el camino hacia la democracia. ¨Tenemos que nutrir la memoria colectiva¨ aseguró Olga Behar, escritora de Las guerras de la paz, que habló de ciertos temas que generaron polémica y la forzaron a buscar exilio en otro país.
Contar la Guerra para no repetirla
¨Nosotras somos constructoras de paz y no todo en la guerra es horror. Hay amistades, hay vida en el conflicto y todas desarrollamos un instinto maternal¨, explicó María Eugenia Vásquez sobre su experiencia como militante. Por el contrario, la escritora Patricia Lara afirma que la maternidad y la guerra no son compatibles. Pese a los desacuerdos, esta es la importancia de reconstruir la memoria: contar la guerra para no repetirla.

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